Viajes en el tiempo. Es una de las fantasías más comunes y entretenidas de la ciencia-ficción. Aaah, si pudiéramos viajar atrás hacia el pasado y cambiar la historia. Pero como nos enseñan muchos episodios de Star Trek, Stargate y la trilogía de “Back to the Future” traquetear con lo que ya pasó sería extremadamente peligroso. En el peor de los casos se nos amenaza con una total destrucción del universo porque alterar el pasado puede destruir el continuo del espaciotiempo einsteiniano y acabar con la realidad tal y como la conocemos. En otros se nos dice que de acuerdo a la hipótesis de los “muchos mundos” de la mecánica cuántica al alterar el pasado se creará por ello un universo paralelo que sería idéntico al nuestro hasta el instante en que se haga el cambio, y entonces el universo que recordamos y en el que cambiamos las cosas divergirán y se volverán completamente diferentes debido a la disrupción introducida por el viajero en el tiempo.
Sabemos que la Relatividad General, (la mejor teoría del tiempo que tenemos actualmente), no prohíbe la existencia de curvas causales en la dirección temporal que estén cerradas (“timelike closed curves”). Esto es la definición relativista de una “máquina del tiempo”. Un observador que según su marco de referencia se mueve siempre hacia el futuro en su tiempo propio pero que puede llegar a un evento por el que ya haya pasado antes (lo que haría a la curva que describe en el espaciotiempo ser una curva cerrada sobre sí misma como un círculo o “loop”). En resumen que según la Relatividad las leyes de la Física no prohíben la existencia de máquinas del tiempo. Ya en este mismo blog yo les dije como construir una sin violar ninguna ley física conocida.
Según Stephen Hawking y muchos físicos que creen que viajar en el tiempo es absurdo y el universo debe de alguna manera prohibirlo, (aunque aún no sepamos todavía cómo), el mejor argumento contra los viajes en el tiempo es que si en verdad se pudiera inventar una máquina del tiempo pues alguien la inventará en el futuro, y por tanto la historia de la humanidad debería de estar plagada de “turistas temporales” en todos los eventos históricos importantes. Pero todos los que vemos regularmente series y películas de ciencia-ficción sabemos que los viajeros del tiempo siempre van de incógnito y disfrazados con ropa de la época para evitar levantar sospechas de los nativos del pasado.
Solo por error se podría entonces detectar uno de estos viajeros. Y según este video de You Tube eso pasó aparentemente en 1928:
En una escena de un clásico del cine mudo (“El Circo”) producido en 1928, con el que Charlie Chaplin ganó varios premios, una mujer aparece caminando en la calle, y se detiene unos segundos.
La señora camina con una mano sobre su oreja izquierda, sosteniendo algo que parece un teléfono celular.
Como este dispositivo, hoy omnipresente, sólo se inventó 45 años después, las posibilidades de que fuera este aparato son nulas. Lo extraño es que si se mira detalladamente la cara de la protagonista de esta historia, se puede ver que está hablando.
Y hoy, la ecuación es muy obvia: persona caminando + una mano sosteniendo un objeto sobre su cabeza + gestos que indican que está hablando = está bochinchando por un celular.
El cineasta George Clarke se sorprendió con esta escena, la estudió por más de un año y la mostró a más de 100 personas para escuchar opiniones, análisis e hipótesis de qué pudo haber pasado en la película.
Clarke publicó este video en el que explica que no encontró respuesta satisfactoria, y presenta la escena en cámara lenta, con zoom y cuadro por cuadro, intentando hallar una explicación a este misterio. La hipótesis más lógica que el cineasta pudo encontrar es que se trata de una viajera en el tiempo en la película de Chaplin.
¿Qué podría tener en las manos esa señora en 1928? ¿Una radio a transistores? No, pues no se inventaron hasta los años 50… Aún descartando que el vídeo no es un montaje –dicen que efectivamente la escena está en los extras del DVD– si se ordenan las posibles explicaciones de más a menos probable, no queda gran cosa: (1) es un efecto visual de otro tipo de aparato, (2) el vídeo es un viral o algún tipo de anuncio publicitario (no sería el primero de la temática), (3) el tipo que lo ha lanzado simplemente busca notoriedad (tampoco sería el primero), o (4) ¡es de verdad evidencia de un viajero en el tiempo!
Aunque (1) sea difícil de demostrar es la explicación más sencilla, al tiempo que (2) y (3) serían también altamente probables en esta era de YouTube. No sería extraño que alguien hubiera montado un vídeo con efectos especiales, incluso carísimos, para conseguir una buena campaña, procurando elegir una película cuyo original sea bien difícil de encontrar.
Pero no deja por ello de ser un misterio geek lo más interesante…
[Basado en un artículo del blog “Microsiervos”]