Ayer a los 90 años de edad en Sri Lanka murió uno de los autores de ciencia-ficción más conocidos y leídos del mundo: Arthur C. Clarke. Algunas de sus obras más conocidas son el relato corto El Centinela, en el que están basados la Clarke muere sin que se haya cumplido su deseo de que aparezcan pruebas inequívocas de la existencia de seres extraterrestres, y ha dejado instrucciones para que su entierro sea un acto estrictamente laico y todo arreglado para que una muestra de su ADN viaje al espacio. En sus propias palabras, Un día, una super civilización podría encontrar esta reliquia de una especie desaparecida y yo podría existir en otro tiempo Mientras tanto, tendremos que conformarnos con leer su última novela, El Último Teorema, co-escrita con Frederik Pohl, cuyo manuscrito final acababa de terminar de revisar hace poco, y que saldrá publicada este año. Por cierto que Arthur C. Clarke escribió tres famosísimas leyes de la ciencia (especialmenter la tercera): 1. Cuando un anciano y distinguido científico afirma que algo es posible, probablemente está en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, probablemente está equivocado. 2. La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse hacia lo imposible. 3. Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. [Basado en un artículo del blog Microsiervos] novela y la película 2001: Una odisea del espacio. Otras novelas importantes fueron Cánticos de la lejana Tierra, o Cita con Rama, una de las mejores novelas escritas nunca acerca del primer contacto de la humanidad con un artefacto de procedencia extraterrestre. Clarke también fue la primera persona en proponer la idea de los satélites artificiales de comunicaciones en órbita geoestacionaria, también conocida como Órbita de Clarke.
jueves, 20 de marzo de 2008
Muere uno de los grandes de la ciencia-ficción
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Ramón López Alemán
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9:08 p.m.
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Etiquetas: ciencia-ficción, espacio, libros
miércoles, 22 de agosto de 2007
Brutolandia queda al Norte
Según una reciente encuesta de Associated Press el analfabetismo funcional en los Estados Unidos está creciendo a proporciones alarmantes. Dice AP que uno de cada cuatro americanos adultos NO LEYÓ NI UN SOLO LIBRO el año pasado. Ni comics de superhéroes, ni Harry Potter, ni novelas de Bárbara Cartland, ni nada. Muchos se quejan de que no tienen tiempo, de que se duermen al leer un libro, de que no es necesario leer en sus trabajos, de que es más fácil ir al cine o ver TV, o de que tantas letrecitas juntas le dan dolor de cabeza. Y lo peor es que de los que dijeron que sí leyeron algún libro, DOS TERCERAS PARTES dicen que lo que leyeron fue la Biblia o libros religiosos. Esta fue la primera categoría de la encuesta, por mucho. Interesantemente, la gente que nunca va a la Iglesia ni a ningún servicio religioso tiende a leer dos y hasta tres veces más que los que van regularmente. ¿Porqué será? Seguido bastante lejos de la religión están los libros de ficción popular, historia, biografías, y novelas de misterio. Uno de cada cinco lo que leyó fueron novelitas románticas. Todos los demás géneros, (incluyendo ciencia, política, poesía o literatura clásica), no fueron leídos ni por un 5% de los encuestados. Entre la inmensa mayoría que leen solo libros religiosos están mujeres ancianas y casadas, los que ganan los más bajos salarios, minorías, las personas de menor nivel de educación, sureños, residentes rurales y los Republicanos (surprise, surprise). No en balde eligen a presidentes tan imbéciles como Bush. Ay, mi madre….
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Ramón López Alemán
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1:28 a.m.
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