Reza un famoso dicho que el término “inteligencia militar” es un oxymoron, porque nadie inteligente debiera querer tener algo que ver con lo militar, y los militares solo se dedican a matar y destruir lo que hace la gente inteligente. Pero es un hecho en la historia negra de la ciencia que los mejores descubrimientos científicos se han hecho por su potencial uso en guerras, o bajo fondos y apoyo de los militares.
En Estados Unidos si quieres conseguir fondos para cosmología o física fundamental tienes que pelear cuchillo en boca con cientos de colegas, pero si lo que quieres estudiar sirve para matar gente o tiene alguna remota aplicación militar te llueven los chavos.
Esto llega a veces hasta el ridículo en la agencia más parecida a los “Men in Black” en EE.UU. que se conoce como DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency). Aquí se “invierten” billones de dólares en estudio de tecnologías de punta que habitan el gris mundo entre lo posible en un futuro cercano según la ciencia moderna y los conceptos más “cool” inventados por la ciencia-ficción.
Una de las últimas ideas en salir de este “think tank” de científicos locos es la de un dispositivo para congelar soldados heridos en bombardeos o explosiones cercanas. Sí, así como lo lee. Quieren ponerlos en “animación suspendida” para poder “curarlos” (o convertirlos en cyborgs) y seguirlos usando para matar gente después.
Según este artículo de la Revista “WIRED” hay sobre 70,000 soldados diagnosticados con traumas severos al cerebro producidos por las onda de choque de explosiones y detonaciones cercanas. Estas lesionan tejidos, destruyen vasos sanguíneos, y jamaquean severamente la cabeza de los afectados, pero los efectos severos y paralizantes del daño cerebral no se notan hasta semanas o meses después cuando los soldados vuelven a casa, y empiezan a comportarse como el personaje del veterano de las “verdes, amarillas y colorás” de Juan Manuel Lebrón.
Para evitar eso quieren desarrollar un “dispositivo de hipotermia terapéutica” para reducir la temperatura del cerebro y prolongar el tiempo en que se puede operar y revertir daños moleculares a los tejidos cerebrales. Aunque esto ha ayudado en varios casos hay que medir y mantener la temperatura cuidadosamente porque si lo enfría de más puede crear más daño del que se quiere evitar.
Ya lo dijo Einstein cuando hablaba de los soldados y su obediencia ciega a las autoridades que los mandan a matar, y a actuar sin pensar ni cuestionarse lo que les ordena: “Si alguien disfruta marchando al ritmo de la música, en fila y al unísono, ya le desprecio simplemente por el hecho de que le han dado un cerebro erróneamente. Con la médula espinal habría bastado”. Si no hubieran tenido los cerebros defectuosos de primera intención como para meterse al ejército y estar invadiendo y matando gente en otros países no sufrirían los daños que estar cerca de explosiones le producen, ¿no?
La mejor manera de salvaguardar las vidas de los soldados es no empezar guerras.
1 comentario:
Me disfruto grandemente tus posts.
Felicidades en las "fiestas" de cosumo. Y felicidades en este numero nuevo que se aproxima.
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