martes, 25 de septiembre de 2007

Oooops! Cuando los científicos se equivocan

"The story of a theory's failure often strikes readers as sad and unsatisfying. Since science thrives on self-correction, we who practice this most challenging of human arts do not share such a feeling. We may be unhappy if a favored hypothesis loses or chagrined if theories that we proposed prove inadequate. But refutation almost always contains positive lessons that overwhelm disappointment, even when [...] no new and comprehensive theory has yet filled the void. "

La ciencia es una forma de conocimiento que busca LA VERDAD. Todo científico quiere averiguar como es que de verdad funciona el mundo. Pero las contestaciones cuando uno hace ciencia por primera vez no están en ningún libro, no hay un profesor que ya las sepa y nos las diga, no hay tablas de piedra con la verdad que bajen del Sinaí, no hay revelaciones sobrenaturales, no hay atajos hacia la verdad. Tenemos que averiguar la verdad a pulso, con trabajo, usando nuestros sentidos y esa gran capacidad mental única de los seres humanos (y que muchos se rehúsan a usar) que es la lógica.

Equivocarse es parte integral del progreso científico. Sin meter las patas y cometer errores no podemos avanzar. Todos los grandes científicos de la historia se han equivocado, no una sino montones de veces. Aristóteles se equivocó. Ptolomeo se equivocó. Galileo se equivocó. Copérnico se equivocó. Newton se equivocó. Einstein se equivocó. Todos nos equivocamos. ¿Porqué entonces creer en los cuentos de una gente que se la pasan metiendo las patas una y otra vez?

Porque la ciencia es una disciplina auto-correctiva. Porque los científicos no tienen miedo a equivocarse y lo aceptan honestamente cuando se les demuestra que se equivocaron. Esta ética de la ciencia la debieran imitar todas las demás organizaciones de la sociedad humana. Particularmente la política y los negocios. Donde la meta es la verdad y cada cual pone lo que cree que es lo mejor y más verdadero según su juicio y su experiencia. Pero hay unas reglas de debate claras y justas. No importa de donde usted venga, ni a que país u organización pertenezca, ni cuan prestigiosa sea su organización. Su opinión es tan válida como la de cualquier otro. Y si se equivoca y se le demuestra pues lo admite uno sin problemas y se corrige la equivocación para beneficio de todos. No hay penalidades por equivocarse ni se le mira mal a uno por eso. Equivocarse es bueno, porque de las equivocaciones se aprende y cuando menos ya sabe cual NO ES LA SOLUCIÓN al problema que se esté estudiando.

Lo importante no es estar siempre en lo correcto y nunca equivocarse. Es no quedarse estancado en los mismos errores. Es no buscar echarle la culpa a otros y justificar de cualquier manera posible que todo lo que hacemos siempre está bien. El juez de quien está equivocado y quien no lo es LA EVIDENCIA. Pero cuando nos equivocamos (y todos lo hacemos, desde el más famoso e inteligente hasta el más común y corriente) pues se admite y ya. Esto es la esencia del método científico. Y para tener una sociedad justa, que progrese y que sea exitosa en el mundo moderno TODOS DEBEMOS DE TENER ESTA ACTITUD ante la realidad.


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