martes, 20 de noviembre de 2007

No se puede vivir sin la Interneína

No todas las adicciones modernas son a sustancias químicas. Los psicólogos están reconociendo cada vez más y más las adicciones virtuales al uso de aparatos electrónicos como los videojuegos, los chats, la pornografía digital, blogs, agregadores de contenido "noticioso" en Internet, y hasta leer por horas muertas perfiles de perfectos desconocidos en redes sociales como Facebook o MySpace. Entre los usuarios jóvenes ( y muchos de los que no somos tan jóvenes) el tiempo dedicado a accesar información en la Internet está desplazando rápidamente el usado en otros medios de entretenimiento e información como la radio, TV o periódicos de papel. Sentarse frente a una pantalla de computadora a absorber (y producir) contenido de la superautopista de la información mundial es cada vez más común, chupando cada vez más horas-hombre y acaparando cada vez más gigabytes. Realmente me da pena con los historiadores y arqueólogos del futuro, pues le estamos haciendo el trabajo de extraer información útil sobre nuestro período histórico más difícil que encontrar una aguja en una finca de cientos de hectáreas llenas de pajares. Espero que el "Google" del futuro pueda con esta avalancha de videos, escritos, aplicaciones, emails, mensajes de texto, fotos digitales, dibujos, música pirateada, y otros contenidos multimediáticos que producimos cada vez más rápido.

Una reciente encuesta de la EIAA (Asociación Europea de Publicidad Interactiva) hecha a sobre 7 mil usuarios de Internet revela que en el segmento de edades comprendidas entre los 16 y 24 años, por primera vez son más las horas empleadas para usar internet que para ver televisión. El 82% de este grupo de jóvenes utiliza internet más de 5 días a la semana, y solo el 77% de ellos mira regularmente la TV. El 32% no podrían vivir sin e-mail, mientras que el 63% (casi dos tercios del total) tienen ya una conexión de banda ancha para informarse. Así pues, el 40% ha hecho de la web su fuente principal de información, viendo cada vez menos TV. El 22% ha dejado de lado la radio, y el 28% lee menos periódicos. Al menos es bonito pensar que si se usan menos los carros para salir a "janguear" y se imprime menos papel esto tendrá un efecto positivo en el ambiente.

En este interesante video del grupo de Antropología Cultural de la Universidad Estatal de Kansas vemos como esta tendencia de adicción al Internet afecta la educación y los modos tradicionales de cómo enseñar clases en las escuelas y universidades del mundo. Esto de sentarse frente a un baboso conferenciante que pide que lean libros antes de venir a "explicar" lo que sabe en una pizarra frente a grupos pasivos de cientos de estudiantes por una hora o más es ya tan arcaico y anti-pedagógico como pretender que usemos las técnicas y herramientas médicas de la Edad Media para curar nuestras enfermedades. Y eso que no hemos inventado todavía una interface directa entre el cerebro y los contenidos de la Internet.



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