Tal parece que el negro oscuro es el color favorito de los cosmólogos y astrofísicos modernos. Sus objetos de estudio favoritos en estos días son los huecos negros (regiones misteriosas donde la gravedad se chupa hasta a la luz y donde el contínuo del espaciotiempo se destruye), la materia oscura, (la pega que hace que las galaxias no se desbaraten al girar tan rápidamente como las vemos hacerlo), y la energía oscura, (una energía escondida en el espacio vacío que empuja al universo a crecer cada vez más y más rápido).
Claro, esto es así porque hemos descubierto otra consecuencia más del Principio Copernicano. La idea de que el universo no está hecho para nosotros, y poco le importa que unos monitos hayan nacido en un planeta trililí donde su estrella produce mayormente luz en el rango “visible” y hayan evolucionado ojos que sean sensitivos solo a ese rango de frecuencias electromagnéticas. Parece haber muchas cosas en el universo que no emiten luz, y por tanto son negras y oscuras. No las podemos ver sino es con instrumentos avanzados y por inferencias de efectos indirectos sobre cosas que sí emitan luz.
Esto es un problema para los científicos que se rigen por la Regla de Oro de “Hasta no ver, no creer”. Casi todo el conocimiento certero que tenemos de nuestro universo viene de la luz que podemos ver. En astronomía no podemos oír, ni tocar, ni oler, ni probar a que saben los objetos interestelares. El único sentido disponible para recoger información de lo que hay allá afuera en el espacio es la vista, y por ahora solo sabemos lo que la luz nos deje conocer.
Usando su maravillosa ingenuidad tecnológica los astrofísicos parecen haber descubierto otra cosa oscura y fascinante en el universo de la cual no teníamos ni idea de que existiera. Usando datos de uno de los últimos satélites de NASA, el Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP), creado para estudiar el fondo de microondas espacial que llena todo el universo, pues un grupo de científicos alega haber descubierto un misterioso “flujo oscuro” de cúmulos de galaxias que se extiende por todo el universo y que pudiera probar que existen cosas fuera de nuestro universo, justificando así una de las ideas más controversiales de la física moderna, la existencia de un multiverso.
Investigadores de España, California y Hawaii han usado el detallado mapa de microondas del WMAP para correlacionarlo con data de sobre 700 cúmulos de galaxias en Rayos X, y por medio de estadísticas detectar que todos estos cúmulos, (que cubren distancias inimaginables de hasta 6 billones de años-luz de nosotros), tienen un componente de velocidad que indica que por todo el universo hay una corriente intergaláctica que fluye a un punto que debiera de estar fuera del universo visible, en dirección a una región del cielo entre las constelaciones de Centaurus y Vela.
En una entrada anterior les expliqué como es que los cosmólogos definen qué es y hasta donde llega nuestro universo, según la Teoría del Big Bang. La teoría de la inflación sugiere que por unas infinitesimales fracciones de segundo luego del Big Bang, todo lo que salió de esa explosión se infló de manera casi inmediata por varios órdenes de magnitud. Así que indica que pueden haber cosas que al expandirse se “salieron” de nuestro universo. Es más, la inflación sugiere que este “Big Bang” nuestro no ha sido ni será la única explosión productora de universos.
Hasta ahora estas ideas eran solo teorías interesantes. Esta parece ser la primera indicación empírica de que son ciertas. Como con todo descubrimiento científico recién hecho, esto es aún un resultado tentativo, y hay muchos expertos dudosos que todavía no creen que sea cierto esto que se alega haber encontrado en la data. Máxime cuando son efectos pequeñísimos que solo se ven por medio de complicados análisis estadísticos. Nada, que es otra de las grandes sorpresas y debates que se encuentran en esa fascinante aventura que es la ciencia.
3 comentarios:
Ya tomé mi clase de física hoy. Gracias Ramón.
Adelante y éxito.
Lo de que algunos científicos solo se dejan llevar por lo que ven esta mal porque entonces no hubiesen estudiado la gravedad.
Todavía el ser humano no ha llegado ni a una cuarta parte de todo lo que puede saber sobre el universo.
Bueno, es un cuento largo, pero la gravedad se estudia viendo como se mueven las cosas que uno ve. Si no, no valdría la pena hablar de gravedad. Y por miles de años nadie creía en ella porque no la podían ver.
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