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martes, 4 de diciembre de 2007

Divorciarse es dañino al ambiente


Ahora sí que se chavó la bicicleta. Según este estudio reseñado en la famosa revista científica "New Scientist" la alta incidencia de divorcios en los países desarrollados está teniendo un severo impacto ambiental. ¿Cómo es eso? ¿Qué divorciarse afecta al ambiente? Así como lo oye. Y no es por todo el aire caliente y la gritería que generan las agrias discusiones de las parejas que se divorcian. Eso es lo de menos. El problema radica en que cuando una pareja se divorcia se van a vivir a lugares separados. Esto incrementa el uso de electricidad, agua, comida y otros recursos no-renovables. En un año, las parejas divorciadas gastaron un 46% más en electricidad y un 56% más en el agua por persona que si hubiesen permanecido casadas. Y siguiendo un divorcio, los gastos en esas casas de los EE.UU. reflejan que se consumieron de 42 a 61% más recursos por persona que cuando estaban casadas. "El divorcio incrementa dramáticamente el consumo de recursos cada vez más limitados.", advierten Jianguo Liu y Eunice Yu, los autores del estudio hecho en Michigan State University.

En los Estados Unidos nada más se habrían ahorrado en el 2005 unos 627 billones de galones de agua, el uso de 38 millones de apartamentos o casas, y 734 billones de kilowatt-horas de electricidad si nadie se hubiese divorciado, según las proyecciones de este estudio. Con una tasa de divorcios cada vez más ascendente (de un 5% a un 18% en los EE.UU. desde 1970 hasta el 2000) el impacto ambiental de vivir separados parece ser considerable.

Así que ya tiene otra forma de ayudar a prevenir el calentamiento global. No solo use bombillas fluorescentes, transporte público y carros híbridos. Tenga paciencia y aguántele un poco más a su peleonera mujer o a su vago e insensible marido. Salve su matrimonio y busque consejería profesional. Y los matrimonios legales entre homosexuales también ayudarían a reducir los costos ambientales. O si se va a divorciar sin remedio, haga una lista de cómo van a dividir el consumo de agua, luz y bienes de consumo para que no usen más luego del divorcio. El ex-marido se baña los lunes, miércoles y sábados, y la ex–esposa los domingos, martes y jueves. Y el viernes se van los dos a beber ron sin bañarse.

Ya lo sabe. Mantenga su matrimonio (o chillería, concubinato, matrimonio con múltiples parejas, etc.). No solo por su estabilidad emocional y la de los hijos, sino por el planeta….Hay que sacrificarse de vez en cuando por la Tierra.