viernes, 20 de marzo de 2009

Boricuas in Space

Cuando yo empecé mi carrera científica (en 1978 cuando saqué una de las notas más altas en un examen para decidir quienes iban a formar parte de un seleccionado conocido como el "Grupo de los Cien" para que entraran directamente como prepas de primer año a la Facultad de Ciencias Naturales en la UPR-Río Piedras) yo quería ser médico. Pensaba que eso era lo que todo mundo estudiaba en Naturales.

swine Pero como detesté a muerte mi clase de Biología General, (pues lo que nos dieron fue una abominación pedagógica de aprendernos de botella cientos de términos y nombres en latín sin explicarnos que eran ni para que servían), y me dijeron que para ser un buen médico especialista había que estudiar de 8 a 10 años, mi vagancia natural me movió a la Física. Ahí no había que aprenderse casi nada de memoria, era muy lógica y matemática, era parte de un grupo pequeño y selecto de buenos amigos inteligentes, y podría salir en 4 años (en realidad terminé tardándome casi 20 años en completar mi Ph.D., pero esa es otra historia de horror para otro post).

Una de mis metas juveniles era graduarme y meterme en la Fuerza Aérea de los EE.UU. borispacepara seguir una carrera de astronauta. En realidad cuando tenía 18 años yo quería ser Joseph Acabá. Mi meta en la vida era ser el primer boricua en el espacio, y si era posible mudarme en mi vejez a una colonia orbital en el L5, (el punto de Lagrange óptimo para poner una estación espacial relativamente estacionaria ente la Tierra y la Luna), o a una ciudad en Marte, (donde creía que la baja gravedad ayudaría a prolongar mi vida, además de la tecnología cibernética que estimaba ya se habría inventado para esa fecha).

Pero eso fue antes de convertirme en un fupista comunista y rabiosamente independentista en la IUPI. Eso de pertenecer a las fuerzas armadas del imperio que sojuzgaba a Latinoamérica, y nos mantenía como vil colonia estaba fuera de toda cuestión. Era (y es) política y moralmente inaceptable. Así que decidí canalizar mi amor por el espacio tratando de poner mis talentos científicos a funcionar para ayudar a desarrollar energía solar limpia que viniera de plataformas espaciales (de lo que ya había escrito un artículo del blog aqui), y luego cambié a la Astrofísica Teórica.

Todavía espero poder ser astronauta antes de morir cuando serlo no sea una curiosidad que amerite primeras planas, y hayan guaguas de la AMA en cada parada de todas las ciudades importantes del mundo que vayan a Marte, a la Luna o a colonias orbitales.

En realidad, aunque felicito de todo corazón a nuestro astronauta boricua por sus logros profesionales, (y por no esconder su mancha de plátano ni su origen cultural), me da pena que en el 2009 estemos celebrando esto de que haya un boricua en el espacio como si fuera la gran cosa. No por Acabá, sino por el triste estado de la humanidad que esto demuestra.

El programa espacial de mandar gente al espacio empezó en 1961 con el ruso Yuri Gagarin, y ya para 1969 Neil Armstrong brincoteabajetsons en la Luna. Yo todavía recuerdo haber visto ese impresionante momento en la historia humana en un televisor en blanco y negro cuando tenía 7 añitos, y sopechaba desde ese entonces que esto nos abriría las puertas a un mundo como el de Los Jetsons, donde viajar a otros planetas y tener tecnología milagrosa fuera una cosa rutinaria.

En los años 70 cuando uno hablaba del año 2000, y hacía proyecciones en películas de ciencia-ficción o conferencias científicas de como debia ser la sociedad, uno se imaginaba que ya el viajar al espacio sería cosa rutinaria para ese entonces, y que tendríamos colonias y estaciones espaciales en todos los planetas, si no nos habíamos tirado ya a viajar a otras estrellas. Desgraciadamente, estamos en el 2009 y ahora es que celebramos con bombos y platillos que un boricua se montó en un Space Shuttle viejo y casi obsoleto para darse una trillita en una de las órbitas más bajitas que hay. Patético, ¿no? No podemos ni volver a la Luna porque no hay chavos pa eso. Todo el gran show de mandar hombres a la Luna fue solo eso, un "stunt" publicitario inane para que los americanos se dieran golpes de pecho creyéndose los más tremendos del planeta.

A la verdad que esta especie de nosotros da ganas de llorar a veces...

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1 comentario:

Unknown dijo...

déjeme decirle que presenciar ese despegue historico de un puertorriqueño desde una ciudad a menos de 30 minutos de allí fue impresionante. es gracioso que el semestre pasado que cogí clases con usted, hablamos de esto y pude estar ayi... bueno, en la i95 en un tapón de cmo 3 horas...

muy impresionante!!

y si... entiendo su punto al 100%... tampoco deberíamos estar celebrando que "por fin!!" se montó un puertorriqueño... porque a la misma vez que fue un "media frenzy" en el '69 para EU... lo fue aquí para nosotros(y no lo digo como cosa buena)... tal vez no a tan grande escala pero... dinero hecho para eso es dinero perdido para el resto.

cuidese!
37v